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La guerra Irán-Iraq y las armas químicas (página 2)




Enviado por R. J.



Partes: 1, 2

Se forma la
coalición

Tras presionar al Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas, incluso con la presentación de pruebas,
algunas de las cuales resultaron ser falsas, para que aprobara
una resolución apoyando explícitamente la
invasión, el presidente de los Estados Unidos,
George Bush obtuvo el apoyo de un grupo de
países para formar una alianza que invadiese Iraq para
derrocar al gobierno de
Saddam Hussein. Esta coalición, que se autodenominó
Coalición de la voluntad, estaba formada por los gobiernos
de Estados Unidos, el Reino Unido, España,
Portugal, Italia, Polonia,
Dinamarca, Australia y Hungría. La mayoría de la
población de estos países estuvo
masivamente en contra del apoyo de sus gobiernos al presidente
Bush, deslegitimizando el apoyo de sus gobiernos. Bush
recibió también el apoyo de los gobiernos de la
República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, los estados
bálticos de Estonia, Letonia y Lituania, las islas
mediterráneas de Malta y Chipre; el estado de
Israel o el de
Kuwait. Francia,
Alemania,
China,
México
y Rusia
manifestaron su total oposición a medidas de fuerza contra
Iraq y fueron partidarios de una salida negociada a la crisis.
Francia, Rusia y China, miembros permanentes del Consejo de
Seguridad, abogaban por la continuidad de la labor de los
inspectores y anunciaron su intención de vetar cualquier
documento que legitimase explícitamente el ataque. Durante
estas demostraciones se produjeron varios roces entre Estados
Unidos y los países que se oponían a la
invasión.

El 16 de marzo de 2003, se produjo la Cumbre de las
Azores, donde los líderes de los Estados Unidos, Reino
Unido, España y Portugal anunciaron un ultimátum al
régimen de Saddam Hussein para que procediera al
desarme.

La reacción de la opinión
pública mundial fue abrumadoramente contraria,
haciéndose notar especialmente en las manifestaciones
mundiales contra la guerra de
Iraq, pero no fue tenida en cuenta por la alianza.

El entonces jefe del ejecutivo español,
José María Aznar, aludió a que la
intervención respondía a la convicción
generalizada de que aquel régimen constituía una
amenaza para sus vecinos y para los propios países
occidentales. Recordó que en ocasiones las intervenciones
militares se hacen bajo el mandato de la ONU, como en el
caso de Afganistán en 2002, y en otras ocasiones, sin
mandato expreso de Naciones Unidas,
como en el caso de la Guerra de Bosnia en 1992. Afirmó
también que España no participó en esa
guerra sino que únicamente apoyó a los aliados,
pero que en ningún caso el ejército español
participó de la invasión.[9]
Plantilla:Coalición multinacional en Iraq

Derecho
Internacional

La guerra no contó con el mandato expreso del
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, lo que ha generado
que expertos del derecho
internacional y mucha opinión pública condenen
la guerra como invasión ilegal.[10][11][12][13].
Así lo ha expresado el Secretario General de las Naciones
Unidas, Kofi Annan.[14] Sin embargo, ni los miembros de la Corte
Penal Internacional pueden juzgar a los invasores en caso de
considerarlo una agresión porque el Estatuto de Roma indica que
hay que encontrar una definición de este crimen, lo que no
se pasará antes de 2009 y en cualquier caso, no se puede
juzgar un supuesto delito que se
cometió antes de que existiera la ley que lo
castiga. Sería posible obtener un dictamen de la Corte
Internacional de Justicia.

Los defensores de la intervención aluden a las ya
citadas resoluciones del Consejo de Seguridad, especialmente a la
1441 para avalar sus acciones, y
recuerdan otras intervenciones sin mandato de la ONU que han sido
reconocidas posteriormente como necesarias. Tal es el caso, por
ejemplo, de la guerra de Kosovo. Sin perjuicio de las diferentes
opiniones sobre el inicio del conflicto, las
Naciones Unidas hicieron suya la situación en el momento
en que las fuerzas ocupantes empezaron a actuar bajo el paraguas
de la
organización. Así, en octubre del mismo
año de la invasión recomendó en su
resolución 1511 a los Estados Miembros que prestasen a la
fuerza multinacional presente en Iraq toda la asistencia
necesaria, incluyendo la militar.[15][16].

La
invasión

El 20 de marzo de 2003, sin que mediara
declaración de guerra por alguna de las partes,
comenzó el ataque de la coalición contra Iraq.
Para el ataque, los estadounidenses habían dispuesto
de 225.000 soldados, 800 tanques Abrams M1, 600 blindados
Bradleys M2/M3, 100 helicópteros AH-64 Apache, 200
helicópteros AH-20 Cobra, 100 helicópteros de
transporte
Chinook, Black Hawk y Sea Stallion, 50-60 F-14 Tomcat, 90
F-15 Eagle, 75 F-16 Falcon, 180-220 F-18 Hornet, 50 A-10, 36
bombarderos B-1B, B-52 y B-2, 60 Harrier AV-8B y 4 grupos de
combate maritimo que incluían a los portaaviones
Constellation, Harry S. Truman, A. Lincoln y T. Roosevelt.
Los británicos dispusieron unos 45.000 soldados, 120
carros Challenger-2, 150 blindados Warrior, 100 aviones de
combate entre los que habían Tornado, Jaguar y Harrier
y un portaaviones además de 16 buques de guerra.
Australia cooperó con 2.000 soldados, tres fragatas,
17 aviones de combate y algunos helicópteros. Para
proteger a Israel, las fuerzas de EE.UU. desplegaron tres
baterías de mísiles Patriot en
Jordania.

Con la intención de defender al país,
Saddam Hussein ordenó dividir Iraq en cuatro secciones
y encargó la defensa de cada región a una
persona de su
entera confianza. Para combatir, los iraquíes
disponían, en teoría, de un ejército de
327.000 hombres, 400.000 reservistas, 2.200 carros de combate
de los cuales unos 1.500 eran T-55 y 700 T-72, 2.200 piezas
de artillería, 3.000 cañones antiaéreos,
entre 640 y 760 lanzaderas de mísiles
antiaéreos, entre 70 y 90 helicópteros de
combate y 300 aviones de combate de los cuales la mitad
estaban fuera de servicio
debido a la falta de reparaciones y mantenimiento adecuado. La mayoría de
estos aparatos eran MIG-21, MIG-23 y MIG-25 de
fabricación soviética y una cincuentena de
Mirage F-1 franceses. Antes de la guerra, el ejército
iraquí había hecho destruir varios de sus
mísiles Al-Samud como muestra de
cooperación en un intento por detener el
conflicto.

Un percance obligó a replantear los planes de
invasión al negársele al ejército
estadounidense la entrada desde Turquía lo que hubiera
permitido realizar una rápida maniobra en tenaza para
tomar Bagdad. A pesar de todo, fuerzas especiales tomaron
contacto con las milicias kurdas y se planeó un ataque
coordinado de los guerrilleros desde el norte con apoyo de
tropas aerotransportadas siempre y cuando las operaciones
en el sur marcharan según lo previsto.

La invasíón empezó con
bombardeos sobre Bagdad mediante mísiles Tomahawks
lanzados desde buques y submarinos, a lo que le
seguirían ataques aéreos con cazas y
bombarderos pesados. La respuesta de los iraquies no se hizo
esperar y las fuerzas desplegadas cerca de la frontera
con Kuwait iniciaron un duelo artillero con elementos de la
1ª División Acorazada de EE.UU. A los pocos
minutos, los iraquíes lanzaron tres mísiles
Al-Samud contra Kuwait. Uno de estos proyectiles fue
interceptado por un mísil Patriot y explotó en
el aire; los
otros dos lograron superar a los Patriot e impactaron en la
zona norte de Kuwait, aunque sin causar daños
importantes o victímas. Posteriormente, se
adentró en el desierto una columna estadounidense
formada por numerosos tanques Abrams, vehículos
blindados Humvee y helicópteros artillados Apache y
Blackhawk luego de pasar la frontera de Iraq. Los Royal
Marines británicos, por su parte, tenían como
objetivo
principal la toma de Basora, la segunda ciudad más
populosa del país. Curiosamente, la Fuerza
Aérea de Iraq no realizó ni una sola salida
para defender el país. Esto ocurrió debido al
mal estado en
que se encontraban las aeronaves por culpa del embargo que
sufría Iraq desde 1991, así como por la escasa
instrucción de los pilotos iraquíes frente a
los de la coalición. De entrada, en los primeros dos
día de la ofensiva, varios helicópteros
británicos fueron derribados por el sistema
SAM Strela ruso operado por los iraquíes. El
sistema de radar de Iraq continuó funcionando en los
primeros día de la invasión pese al fuerte
bombardeo de la Coalición, aunque poco después
dejó de funcionar.

Se cree que durante los primeros siete días
de la guerra, el Ejército Iraquí habría
logrado degradar la señal de la red de satélites GPS o
Navstar y por eso muchos mísiles no pudieron hacer
blanco sobre las coordenadas exactas de sus objetivos.
Se especula que tal vez técnicos rusos o ucranianos
colaboraron con el ejército iraquí para crear
una pantalla distorsionadora empleando equipos
portátiles anti-GPS, la cual tendría un alcance
horizontal de entre 20 y 150 kilómetros y vertical de
30 a 50 kilómetros. Debido a esto, las fuerzas
estadounidenses únicamente habrían podido usar
mísiles de crucero que podían ser guiados hasta
sus blancos sin la necesidad de señales GPS, mísiles infrarrojos
o de guía láser,
pero la precisión de todas estas armas
podía ser fácilmente disminuida por tormentas
de arena o simples medidas de interferencia como la quema de
zanjas rellenas de petróleo, mezcladas con arena y trozos
de aluminio.
(AVION REVUE, en su número 41 del
2003)

El 24 de Marzo, el portavoz de la Casa Blanca Ari
Fleisher acusó a Rusia de haber vendido dispositivos
de alta tecnología a Bagdad, pero evitó
mencionar el hallazgo en Basora de una gran cantidad de armas
británicas con el nombre de Wallop vendidas a
los iraquíes (The Guardian, 24.03.2003).
Así mismo, el Pentágono denunció que
la empresa
rusa Aviaconversiya era la que había suministrado los
equipos. La acusación fue negada inmediatamente por
los rusos, quienes sustuvieron que dichos equipos de
interferencia habían sido fabricados fuera de Rusia.
Los militares estadounidenses negaron que la interferencia de
los satélites GPS hubiera afectado los mísiles
lanzados por aeronaves o buques norteamericanos y restaron
importancia al asunto, pero el 25 de Marzo el coronel Victor
Renuart, jefe de Operaciones del Comando Central,
afirmó con importancia que las fuerzas angloamericanas
habían logrado destruir seis equipos de interferencia
instalados en vehículos o caminones todo
terreno.

Los invasores encontraron poca resistencia, que se concentró
principalmente en Um Qasr, puerto clave para afianzar la
entrada de tropas y pertrechos, que se tomó enseguida.
Los americanos avanzaron rápidamente sin encontrar
oposición destacable hasta la llegada al puente de
Nasiriya, punto donde el Ejército Iraquí
esperaba detener a las fuerzas invasoras. Las bajas para la
coalición fueron ahí mucho más
importantes llegando a superar la treintena de muertos. De
Nasirya llegaron las primeras imágenes de americanos abatidos.
La
televisión iraquí incluso mostró a 5
prisioneros norteamericanos que fueron capturados. El 27 de
Marzo, unos 1.000 paracaidístas estadounidenses
llegaron al norte de Iraq para sumarse a los guerrilleros
kurdos. A pesar del tiempo
perdido en Nasiriya, la resistencia iraquí pronto fue
doblegada y el largo convoy invasor prosiguió su
travesía por el desierto. Sin embargo, la columna de
la Tercera División de infantería de marines
fue resquebrajada en varios puntos, principalmente en las
ciudades de Najaf y Kerbala, y en Nasirya. Las fuerzas
invasoras hubieron de frenar su avance debido a una fuerte
tormenta de arena y eso permitió que varias unidades
iraquíes se replegaran del campo de batalla donde
estaban siendo apabulladas. Pese a los continuos reveses
militares, el gobierno de Iraq insistía en mostrarse
optimista y por eso trasladaba rápidamente a los
periodistas a los sitios donde podían verse restos de
tanques estadounidenses quemados.

Las operaciones de combate llevadas a cabo por la
Coalición no estuvieron excentas de errores y problemas
que cobraron la vida de varios efectivos. Uno de los
más sonados ocurrió cuando un avión de
combate Tornado británico fue derribado por un
mísil Patriot cuando volvía de una misión. Los dos pilotos que manejaban
el aparato murieron al instante. Otro incidente tuvo lugar el
28 de Marzo cuando un avión norteamericano
atacó y destruyó por error un blindado
británico matando a un sargento. Posteriormente, el 2
de Abril, un F-18 Hornet norteamericano fue abatido sobre los
cielos de Bagdad por las propias fuerzas estadounidenses. Uno
de los casos más polémicos fue el ocurrido en
el Hotel Palestina de
Bagdad, donde se alojaban la mayoría de
periodístas internacionales, y que el 8 de abril
recibió disparos de un tanque Abrams norteamericano,
matando a los periodistas José Couso de España
y Taras Protsyuk de Ucrania. Se discutió largamente si
los soldados en cuestión sabían de los
huéspedes del hotel, pudiendo disparar a conciencia
contra los periodistas para evitar "testigos molestos" o si
simplemente dispararon al confundir las cámaras de
televisión con posibles lanzamisiles u
otros artefactos militares. Paralelamente, mientras se
desarrollaban los principales combates en el sur y centro de
Iraq, unos 1.000 soldados turcos penetraron algunos
kilómetros en el norte para vigilar las acciones de
los kurdos que luchaban contra las fuerzas iraquíes.
Apoyados por aviones y tropas de la Coalición, los
guerrilleros kurdos se lanzaron sobre las principales
ciudades y poblados del norte del país, pero el
ejército iraquí respondió lanzando 37
mísiles tierra-tierra.

La caída
de Bagdad

Para la defensa de la capital,
el Alto Mando iraquí tomó la decisión de
formar dos anillos defensivos alrededor de la ciudad usando a
la Guardia Republicana. La División Medina fue
emplazada al sur para combatir contra las fuerzas
norteamericanas mientras que la División Hammurabi fue
desplegada en el norte para contener a los kurdos. Cada
división contaba con 10.000 soldados, 200 tanques
T-72, 200 blindados BMP-2, 50 cañones Howitzer GH-45 y
artilleria ligera. Los soldados habían cavado
trincheras en la periferia de la ciudad, los bindados
habían sido colocados en garajes y zonas arboladas
para protegerlos de los ataques aéreos y se
habían provocado algunos incendios
para dificultar la visibilidad de los aviones y los
satélites. Todo hacía suponer que los invasores
habrían de combatir casa por casa para tomar la
capital, pero eso no ocurrió así. Al llegar a
los tan temidos anillos defensivos apenas sí se
encontró oposición destacable. Muchos aseguran
que la Guardia Republicana no presentó pelea debido a
los demoledores bombardeos americanos contra las
líneas iraquíes y a la deserción masiva
de las tropas; otros sostienen que los comandantes dieron la
orden a sus soldados de retirarse y mezclarse entre la
población para continuar la lucha mediante una guerra
de guerrillas que ya se estaba organizando. Tras la
desarticulación de la mayor parte de las fuerzas
iraquíes, el aeropuerto de Bagdad fue controlado por
los invasores después de unos breves combates donde un
A-10 Thunderbolt estadounidense quedó fuera de
combate. Más tarde, los norteamericanos realizaron
incursiones de tanteo con columnas de blindados a
través de las calles Bagdad y luego se tomó la
decisión de entrar en bloque y capturar la capital,
que cayó casi sin resistencia el primero de Abril. Los
combates no terminarían con la toma de Bagdad y ello
quedó demostrado cuando el 7 de abril un F-15 Eagle
fue derribado sobre los cielos de Tikrit resultando en
la muerte
de sus dos pilotos.

El 1 de Mayo de 2003, el presidente George W. Bush
proclamó la victoria desde la cubierta del
portaaviones USS Lincoln en un acto que sería
recordado por la frase Mission acomplished!
(Misión cumplida), la cual fue pronunciada por el
mismo mandatario estadounidense y escrita en una enorme manta
que ondeaba sobre el barco. La coalición
angloamericana perdió 173 soldados y aproximadamente
542 resultaron heridos. No se conoce el número exacto
de bajas entre las fuerzas armadas iraquíes, pero
diferentes fuentes
estiman que sufrieron entre 4.000 y 6.000 muertos. A partir
de entonces el gobierno estadounidense comenzó a poner
en prácticas una serie de medidas encaminadas a
instaurar un nuevo gobierno en Iraq. Sin embargo, la
resistencia iraquí estaba lejos de ser completamente
doblegadas y algunos sostienen que el ejércto
estadounidense únicamente logró la
ocupación del país, pero que la guerra
todavía no ha terminado. Es importante destacar que
durante la invasión, los iraquíes jamás
emplearon armas de destrucción masiva para
defenderse.

La
posguerra

Tras la derrocamiento del régimen de Saddam
Hussein, la coalición liderada por Estados Unidos
proclamó su victoria. La primera medida de las fuerzas
ocupantes fue la disolución del ejército y la
policía iraquíes, lo que provocó graves
problemas de inseguridad.

A pesar del éxito militar obtenido en la
invasión, se ha producido una larga posguerra que dura
hasta la actualidad. El ejército angloamericano ha
sufrido una gran cantidad de bajas entre muertos, heridos y
desaparecidos en un continuo goteo a manos de la resistencia
iraquí y diversos grupos extranjeros que convergen en
Iraq para combatir contra los ocupantes. Las armas del
ejército regular iraquí fueron esparcidas
tiempo antes entre los resistentes y gran parte de oficiales
y militares del antiguo ejército iraquí que sin
trabajo ni
sueldo se dedican a trabajar como mercenarios para los grupos
contrarios a la ocupación. La gestión posterior a la ocupación
arroja un saldo mortal de 3.687 soldados
estadounidenses (13 de
Agosto de 2007), 168 británicos (13 de Agosto de
2007), 129 provenientes de otros países que se sumaron
a la ocupación tras la victoria aliada (33 italianos,
21 polacos, 18 ucranianos, 13 búlgaros, 11
españoles, 7 daneses, 5 salvadoreños, 4
eslovacos, 3 letonios, 2 australianos, 2 estonios, 2
holandeses, 2 rumanos, 2 tailandeses, 1 checo, 1
húngaro, 1 kajaztano y 1 surcoreano) y 1.001
contratistas de diferentes nacionalidades que laboran para la
coalición y/o el nuevo gobierno iraquí. Por lo
menos unos 27.186 soldados estadounidenses y varios
centenares de otras nacionalidades han resultado heridos (13
de Agosto de 2007) mientras que 4 militares norteamericanos
han sido reportados como desaparecidos en acción. La resistencia iraquí
también ha conseguido destruir o averiar tanques
Abrams, vehículos blindados Stryker y Bradley,
además de derribar más de 50
helicópteros de combate y de transporte. De igual
forma han logrado abatir algunos aviones de transporte e
incluso los iraquíes se atribuyen la
destrucción de un caza F-16 Falcon
norteamericano2.
Las bajas de la insurgencia no tienen una cifra oficial. Es
poco probable conocer el número exacto de insurgentes
muertos porque se mezcla con las cifras de las
víctimas de la violencia
sectaria y de las operaciones militares de la
coalición, que comenzaron a ser contabilizadas a
partir de Enero de 2005 y hasta el momento suman un total de
33.405 iraquíes muertos (1 de Agosto de
2007)3,
aunque de acuerdo con un estudio de la revista
británica Lancer, el número total de
victímas iraquíes causadas por la guerra
rondaría los 700.000. También es importante
señalar que un número significativo de
funcionarios que laboran para el nuevo gobierno iraquí
han sido asesinados por la resistencia que los acusa de
actuar como colaborasionistas de las fuerzas de
ocupación. De acuerdo con los datos
proporcionados por la asociación Reporteros Sin
Fronteras (RSF) un total de 167 periodistas de distintas
nacionalidades han muerto desde que inició la guerra
en 2003 y al menos otros 69 han sido víctimas de
secuestro en
la nación árabe 4.
A esto hay que sumar el hecho de que existen 4 millones de
iraquíes desplazados por la guerra.

Recientemente, la Asociacion de Estudios Musulmanes
de Iraq (AMSI) reveló el testimonio de un desertor
iraquí que laboraba para el ejército de Estados
Unidos desde 1991, quien aseguró que gran parte de los
asesinatos y atentados explosivos que ocurren en Iraq todos
los días son planeados y ejecutados por la CIA y el
ejército estadounidense con el fin de promover la
denominada violencia sectaria y así evitar que los
chiitas y los sunitas pudieran hacer un frente
común.
5
. Según palabras del ex
colaborador, que mantuvo su identidad
en secreto para evitar represalias, existe una unidad
compuesta por soldados norteamericanos, militares
iraquíes del nuevo régimen y extranjeros de los
grupos de seguridad que se dedican a plantar bombas en
los autos de
algunos ciudadanos que son revisados en puestos de control.
De esta manera, cuando el automóvil llega a un sitio
concurrido como un mercado,
una manifestación ciudadana o una mezquita, la bomba
es detonada a control remoto sin que los conductores sepan lo
que ha ocurrido. Otro método supuestamente empleado por los
norteamericanos sería el de usar a algunos reclutas
del nuevo ejército iraquí o de la
policía para que, sin saberlo, conduzcan autos
cargados con explosivos que luego estallan con todo y su
conductor en medio de lugares repletos de gente. La AMSI
destacó que la versión del ex colaboracionista
coincide con otros reportes donde se asegura que son los
propios norteamericanos los causantes de la mayoría de
los ataques terroristas. Incluso el corresponsal
británico Richard Fisk ha tenido contacto con algunos
iraquíes en Siria que han corroborado lo dicho por la
AMSI. 6.

El Iraq ocupado se ha convertido en un polo de
atracción para musulmanes de todo el mundo que vienen
a combatir en la yihad. A consecuencia de esto, no
sólo no se han reducido las actividades terroristas en
el mundo sino que, de hecho, se han incrementando ahora
azuzadas por el apoyo de EE.UU. y sus aliados a la
ocupación de Cisjordania por parte de Israel y la de
los propios EEUU a Iraq y Afganistán. Si antes solo
existía un foco de tensión a orillas del
Jordán ahora existe otro mucho mayor a orillas del
Tigris y el Éufrates. Se esperaba que las exportaciones de crudo iraquí
permitieran a la coalición anglo-norteamericana
enjuagar en parte el elevado coste de la invasión y de
la ocupación, (6.000 millones de dólares
mensuales) sin embargo, los constantes sabotajes de las
líneas de suministro así como los ataques a las
empresas
encargadas de su extracción imposibilitan que se
llegue siquiera a los niveles bajo el régimen de
Saddam Hussein. El resultado de todas estas acciones ha
revertido en una mayor inseguridad ciudadana que es
víctima tanto del pillaje incontrolado que desborda a
una policía iraquí bastante incapaz así
como de los ataques de las fuerzas de la resistencia.
También el terrorismo
ha usado Iraq como argumento en sus ataques a Madrid y
Londres. Actualmente, todos los países que mantienen
tropas en ese país siguen supuestamente en la lista de
objetivos de la organización terrorista Al-Qaeda y
están bajo amenaza de ataque.

Debe entenderse que si bien Al-Qaeda es mencionada
en diarios y medios
occidentales como la dirigente de la llamada insurgencia
iraquí, no existe una correlación clara entre
las facciones armadas en Iraq y esta organización
terrorista. De hecho, hay medios y analistas que afirman que
tal correlación nunca ha existido, y que se alude a
ella como una justificación más de la Guerra
preventiva Norteamericana. Incluso el vicepresidente
estadounidense Dick Cheney ha reiterado en repetidas
ocasiones que existía un fuerte vínculo entre
Al-Qaeda y Saddam antes de la guerra y que todavía
continua hasta la actualidad, pero tales

aseveraciones han sido negadas por el propio
Pentágono y la Comisión creada para investigar
los atentados del 11 de Septiembre de 2001. 7.

A todo esto, un estudio realizado por el
Pentágono reveló que aproximadamente el 40% de
los soldados desplegados en Iraq piensan que la tortura es
aceptable e incluso debería ser autorizada en los
casos que permitan salvar vidas u obtener información valiosa. El estudio fue
hecho por un equipo de especialistas de salud del
ejército de Estados Unidos y al menos el 10% de los
entrevistados reconocieron que en algún momento
habían maltratado iraquíes con golpes o
patadas, o dañado propiedad
privada cuando realmente no era necesario hacerlo. Esto
sucedia como consecuencia del enorme estrés y la ansiedad que padecen los
soldados y marines desplegados en Iraq debido a los continuos
ataques de la resistencia que los acosa diariamente.

8
.

La posguerra ha causado varios problemas para las
fuerzas ocupantes; por un lado una guerra de guerrillas cada
vez más profesionalizadas gracias a miembros del
antiguo ejército y experiencia de campo, por otro lado
la cada vez más presionada sociedad
norteamericana que agregará una enorme
limitación al gobierno norteamericano en sus futuras
operaciones en Oriente Medio si se fracasa en Iraq. Los altos
costos de
la guerra, además de humanos y materiales
llegan al campo psicológico reduciendo el
reclutamientos de nuevos miembros del ejército por los
altos niveles de mutilados y lisiados que mes con mes llegan
a EE.UU. en una proporción de 10 a 1 por cada soldado
muerto en Iraq.

La Zona
Verde

Luego de ocupar el país, los
norteamericanos decidieron utilizar uno de los palacios de
Bagdad como enclave para establecer una zona de operaciones
segura. El edificio seleccionado fue el Palacio de la
República, que fue construido por los
británicos en 1920 como sede para el gobierno
colonial y más tarde sirvió como palacio del
rey una vez que el país alcanzó su independencia. Durante el gobierno de
Husseín, el palacio sirvió de hogar para el
dictados y su familia.
También era conocido por contar con númerosos
jardínes y plantas,
pero los norteamericanos le asignaron el nombre de Zona
Verde porque le intención era converirla en un sitio
seguro para
las autoridades militares y civiles que
administrarían el país hasta que la
resistencia fuera vencida de manera definitiva. La zona
consiste en un aréa de cinco kilómetros a la
redonda que va desde la orilla del río Tigris hasta
los antiguos monumentos que Saddam mandó construir
para conmemorar la guerra con Irán.

La zona verde alberga en su interior numerosas
oficinas administrativas, las principales residencias de
los funcionarios del nuevo gobierno, hoteles donde se alojan los
periodistas que vienen del extranjero y el Palacio de la
República pasó a convertirse en la más
grande embajada de los EE.UU. en todo el mundo. La zona
también cuenta con su propia estación de
radio,
canchas deportivas, piscinas, bares y restaurantes, un
suministro permanente de energía eléctrica y servicio
de agua
potable a pesar de que los habitantes de Bagdad deben
sufrir de constantes cortes que los dejan sin electricidad o agua.

A pesar de estar protegidas por gruesas paredes de
hormigón, armamento pesado y miles de soldados, los
milicianos iraquíes no dejan de lanzar cohetes o
proyectiles de mortero contra la Zona Verde en un intento
por hostigar a los invasores. El 26 de Octubre de 2003, la
resistencia disparó entre seis y ocho misiles contra
el hotel Rachid en el momento en que Paul Wolfowitz se
encontraba ahí de visita por la nación ocupada. Wolfowitz
logró salir ileso del ataque, pero un coronel del
ejército norteamericano murió y otras 17
personas resultaron heridas.

Sin embargo, y pese a los continuos ataques de la
resistencia, el Alto Mando estadounidense sostenía
que la Zona Verde era realmente segura. Esto quedó
en entredicho cuando el 13 de Abril de 2007, un atacante
suicida logró llegar hasta la cafetería del
Parlamento y detonó una carga explosiva que
provocó la muerte
de tres legisladores iraquíes y causó heridas
a 23 personas más.

Saddam
Husein

Su paradero fue desconocido durante varios meses
hasta que el 13 de diciembre de 2003, Husein fue arrestado
en una operación conjunta entre efectivos kurdos
iraquíes y el Ejército estadounidense
mientras se encontraba escondido en un sótano en los
alrededores de su localidad natal, Tikrit. Entre las
primeras imágenes transmitidas, algunas mostraron a
Hussein siendo examinado, así como el estado en que
se encontraba en el momento de ser capturado.

El 5 de noviembre de 2006, tras dos años de
juicio, Hussein fue condenado, junto con otros dos
acusados, "a morir en la horca" por el Alto Tribunal Penal
iraquí, que lo encontró culpable de haber
cometido un crimen contra la Humanidad, por la
ejecución de 148 chiítas de la aldea de
Duyail en 1982. También se le atribuye a su responsabilidad el ataque químico a
Halabja (1988), el aplastamiento de la rebelión
chiíta (1991) las fosas comunes (1991), la guerra
contra Irán (1980-88) y la invasión de Kuwait
(1990).

En los dos años del juicio, Hussein se
mostro "desafiante" al Tribunal Iraquí y en el
momento de la sentencia (morir en la horca) el día 5
de noviembre de 2006, varios colaboradores del ex dictador
iraquí insultaron al Tribunal y Hussein
pronunció las siguientes palabras:

¡Larga vida a Iraq, larga vida a los
iraquíes! ¡Alá es más grande que
el ocupante!

Saddam Husein

El 28 de diciembre de 2006, el Alto Tribunal Penal
iraquí confirmó la orden de ejecución
de Saddam para el 2 de enero de 2007. Los altos
funcionarios iraquies se apresuraron a tomar la
decisión de su muerte antes de la llegada del 2007.
Saddam Husein fue ejecutado el 30 de diciembre de 2006. Fue
ahorcado a las 6:00 A.M hora local de Iraq (UTC+3), por los
cargos de crímenes contra la humanidad.

Después de su ejecución, circularon
por internet
videos que mostraban el momento en que Saddam Husein es
colgado. Estos videos aparecieron en el portal You Tube,
desatando en todo el mundo sentimientos contrariados;
mientras algunas personas clamaban por la muerte del ex
dictador, otras alegaron que la ejecución
había sido un circo para el pueblo, al permitirse la
grabación del evento. El gobierno Iraquí
ordenó una investigación al respecto, reluciendo
el hecho de que las medidas de seguridad habían sido
muy pocas y que la ejecución se había grabado
con teléfonos celulares.

Posteriormente, los colaboradores cercanos de
Husein también fueron ejecutados, sin embargo, en
esta ocasión no hubo videos que mostraran el momento
del ahorcamiento, aunque si se supo que uno de ellos,
enfermo de cáncer, había sido decapitado por
la soga al momento de abrirse la trampilla.

Efectivos
militares en Iraq

Actualmente, a fecha 21 de febrero de 2007, los
estadounidenses disponen en Iraq de unos 155.000 soldados,
además de estos las tropas extranjeras
también estan compuestas por:

ALBANIA: 120 soldados. ARMENIA: 46. AUSTRALIA:
550. AZERBAIYAN: 150. BOSNIA-HERZEGOVINA: 36. BULGARIA:
155. COREA DEL SUR: 2.300; 1.100 regresarán en abril
y el parlamento pide un retorno del resto antes de fin de
año. DINAMARCA: 460; los soldados regresarán
a más tardar el próximo agosto. EL SALVADOR:
380. ESLOVENIA: 4. ESTONIA: 35. GEORGIA: 900. GRAN
BRETAÑA: 7.100; en los próximos meses
retiraría 1.600 efectivos. HOLANDA: 15. KAZAJSTAN:
27 ingenieros. LETONIA: 125. LITUANIA: 53; su gobierno
"considera seriamente" su retiro. MACEDONIA: 40. MOLDAVIA:
11 desactivadores de bombas regresaron en enero; no ha
decidido si sigue contribuyendo. MONGOLIA: 160. POLONIA:
900. REPUBLICA CHECA: 99. RUMANIA: 600; el primer ministro
Calin Popescu Tariceanu quiere retirarlas.

Consecuencias
políticas del
conflicto

Otro problema causado por la guerra fue el declive que
la imagen de
EE.UU. sufrió en el mundo entero. Diferentes analistas
aseguran que la Invasión de Iraq de 2003 sepultó de
manera definitiva el liderazgo
moral que los
EE.UU. habían tratado de contruir durante la Guerra
Fría y les ha granjeado la antipatía de muchos
pueblos y ciudadanos que ahora consideran a esta nación
como la principal amenaza para la paz mundial por encima de
naciones como Rusia o Irán. A esto hay que añadir
el hecho de que algunos militares norteamericanos han sido
acusados formalmente por crímenes de guerra siendo los
casos más sonados el del camarógrafo español
José Couso y el del agente italiano Nicola Calipari. En
ambos incidentes el Ejército Norteamericano rechazó
que sus efectivos hubieran cometido crímenes de guerra y
determinó que tales acusaciones eran irrelevantes, pero
tanto las autoridades españolas como las italianas
llegaron a conclusiones diferentes y por esto en España se
dictó una orden de aprehensión contra el sargento
Thomas Gibson y otros dos soldados por el presunto asesinato del
camarógrafo José Couso mientras que en Italia un
tribunal de Roma decidió enjuiciar al soldado Mario Lozano
por el cargo de asesinato contra el agente Nicola Calipari y dos
cargos más por intento de asesinato contra la periodista
Giuliana Sgrena

La Invasión de Iraq de 2003 provocó una
fractura política entre las
grandes potencias que se dividieron entre aquellas que se
opusieron activamente a la invasión como lo fueron
Francia, Bélgica, Alemania, Rusia, China, además de
otros países que mostraron una oposición pasiva y
aquellos que apoyaron públicamente a los EE.UU. como fue
el caso de Gran Bretaña, España, Polonia, Portugal
y demás naciones que integraron la coalición. La
guerra también sirvió para que se diera la primera
manifestación ciudadana a nivel global en la historia de la humanidad en
contra de un conflicto que fue percibido por muchos como una
aventura colonial entre una potencia bien
armada y un país pobre y relativamente indefenso.
Sí bien es cierto que el Ejército de EE.UU. se
reafirmó por mucho como la principal potencia militar del
mundo luego de ocupar Iraq tras derrotar a su ejército con
facilidad, también es verdad que no ha logrado controlar
el país a pesar de contar con armas de última
generación, un poder
aéreo sin comparación en la región y ocho
bases militares construidas durante la ocupación militar.
Poco a poco han aumentado las voces que afirman que no es posible
alcanzar una victoria militar en Iraq e incluso el senador
norteamericano Harry Reid, líder
de la mayoría demócrata, declaró que la
guerra estaba pérdida y comparó el conflicto con la
Guerra de
Vietnam

Diferentes analistas han querido ver en la
Invasión de Iraq de 2003 el punto de partida entre el fin
de la era unipolar estadounidense, que inició tras el
derrumbe de la URSS, y el comienzo de un nuevo orden
internacional multipolar en el que el poder global estará
repartido en diferentes bloques liderados cada uno por una
potencia regional manteniendo así un nuevo equilibrio en
el mundo.

Irak,
Petróleo y
la hegemonía mundial de los Estados Unidos
(I)

Mientras millones de personas en todo el mundo se han
manifestado este fin de semana contra una posible guerra contra
Irak a
iniciativa de la "coalición de los complacientes" liderada
por los Estados Unidos, parece que el Presidente George W. Bush
está decidido a hacer esta guerra, no importa a qué
precio. El
Secretario de Estado Collin Powell ha dicho que los Estados
Unidos pueden dar a Irak un máximo de dos semanas. Los
Estados Unidos saben que el ataque decisivo debe comenzar tan
pronto como sea
posible, antes de la llegada del buen tiempo en Abril.
Ganar esta guerra es extremadamente importante para los Estados
Unidos. Su meta es, claramente, montar un escenario de "victoria
rápida" que dure tan sólo uno o dos meses. Este
escenario se parecería a la Guerra del Golfo I, la Guerra
de Kosovo y la Guerra de Afganistán. Implicaría
algunas combinaciones de estrategia y
suerte en las que Saddam Hussein y sus lugartenientes fueran
capturados o muertos, las fuerzas de tierra iraquíes
se rendirían prontamente, y la presencia de las fuerzas
estadounidenses impediría que estallara el desorden civil
en el sur, rico en petróleo, o en las regiones kurdas.
Este escenario permitiría a los Estados Unidos cumplir con
sus metas. El pasado 6 de Agosto, un miembro anónimo de
la
Administración USA dijo al Washington Post que "el
camino para todo el Oriente Medio pasa por Bagdad". Sólo
tenemos que mirar el mapa. Teniendo tropas en Irak, en
Turquía, en las antiguas Repúblicas
Soviéticas al Norte y en Afganistán al Este, las
tropas estadounidenses rodearían completamente a
Irán, estado del "Eje del Mal".
También conseguirían acceso a los enormes campos
petrolíferos de Irak que poseen la segunda reserva
más importante de petróleo del mundo. Colin Powell
ha dicho que el
petróleo de Irak será "mantenido en confianza
para el pueblo iraquí", pero no dijo nada sobre quien
será pagado por extraer el petróleo del suelo y donde
irá este después.
Parece un asunto de seguridad nacional el no hablar de
petróleo en el conflicto iraquí. Ello se debe
parcialmente a que el cambio de
régimen beneficiaría a las compañías
petrolíferas de Estados Unidos y Reino Unido, mientras
que, si el régimen sobrevive, los pozos de petróleo
serán perforados por las compañías rusas,
chinas, francesas e iraquíes. Pero principalmente, tiene
que ver con otro vecino de Irak, Arabia Saudita.
Arabia Saudita es la mayor nación productora y exportadora
de petróleo y tiene las mayores reservas de crudo en el
mundo. La producción petrolífera es muy
barata. De ser un aliado de los Estados Unidos, con un reino
autocrático capaz de ajustar la producción de
petróleo arriba o abajo de acuerdo con las cambiantes
necesidades americanas y de la economía
mundial, Arabia Saudita se ha convertido en un socio
inestable y en el que no se puede confiar. Como nación
líder de la OPEC ha dependido, como las otras naciones de
la OPEC, de los relativamente altos precios del
petróleo para mantener su población en
rápido aumento dentro de un clima de paz
social. Esto no encaja con los planes que tienen los USA de
incrementar su dependencia de la importación de petróleo y, por esta
razón, bajar los precios.
Un escenario exitoso de "victoria rápida"
posibilitará al previsto régimen iraquí
controlado por los Estados Unidos, aumentar la producción
de petróleo y, de esta forma, reducir los precios
mundiales del petróleo. Después Arabia Saudita
tendrá que producir más petróleo para
cumplir con sus objetivos de ingresos por
petróleo. Esto llevará al reino a invertir
más en la industria
petrolífera, lo que de nuevo se reducirá a que las
grandes compañías petrolíferas occidentales
inviertan y tomen el control de los campos de petróleo
saudíes.
El resultado sería la Gran Meta de los Americanos
dirigiendo el espectáculo en Irak y Arabia Saudita.
Presiones militares, económicas y diplomáticas
suficientes podrían ejercerse para implementar un golpe de estado
al estilo latinoamericano para la división de Arabia
Saudita y para dibujar un nuevo mapa de todo el Oriente Medio.
Estos planes de división han sido delineados por el
miembro del Parlamento por el Partido Laborista Británico
George Galloway.
Si los Estados Unidos triunfan con este escenario, no simplemente
se están asegurando sus propias necesidades presentes y
futuras de petróleo, sino también el control de los
competidores como Francia, Alemania, Rusia y China. Francia,
Rusia y China ven que sus propios proyectos
petrolíferos son expulsados del Oriente Medio, los Estados
Unidos no solamente mantendrán, sino que reforzarán
esta hegemonía. Este paso muy importante por parte de los
Estados Unidos, viene por añadidura a estrategias
que
hemos visto en los años 90 y hasta hoy día. Las
expresiones de "Vieja" y "Nueva" Europa vienen de
esta política de divide y vencerás.
La política estadounidense ha sido la de enfrentar a
Francia y Alemania entre sí, de forma que ninguna de ellas
domine Europa. Gran Bretaña, España e Italia han
cooperado –tal como ha hecho el eje Blair-Aznar-Berlusconi
(BAB), en la flexibilización del mercado de trabajo de la
Unión Europea y apoyan hoy día a los Estados Unidos
en el conflicto de Irak. Los Estados Unidos han mostrado a
Europa, en la Guerra de los Balcanes, –
especialmente a Francia y Alemania, que ellos son el poder
militar más fuerte. Los Estados Unidos, con su
política de ampliar la Unión Europea y la OTAN, y
al implementar su influencia en un corredor de países del
Este Europeo y de Asia Central y
Oriental, han reducido la influencia de Alemania, Francia, Rusia
y China.
Los ataques terroristas del 11 de Septiembre de 2001 hicieron
posible a los Estados Unidos el poner en práctica muchos
de estos planes. El próximo movimiento
para empezar una guerra contra Irak es para cumplir con el
objetivo de controlar todo el Oriente Medio, pero muchos de los
resultados dependerán de lo que pase con la guerra contra
Irak, y esto hace necesario mirar otro escenario de guerra. Los
Estados Unidos no sólo han delineado un montaje de
"victoria rápida", sino también uno titulado
"conflictos
prolongados y resultados sucios". (Esto será tratado en la
parte II).

 

R. J.

Partes: 1, 2
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